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La subida al éxito de Otis Redding
O
GGI se sienta en el escritorio y pienso en cuántas veces canté este gran artista, en las numerosas ocasiones que he pronunciado la palabra Amen, un pasaje lanzado póstumamente después de la desaparición de Otis Redding el 10 de diciembre de 1967.
Su arte, su sensibilidad y su inspiración, marcó una pista en los 26 años de vida, una línea muy precisa de cómo debería ser cantada. Antes de su muerte, los siete álbumes cuentan la escalada de Otis Redding a partir de la primera publicación de 1961 con el single Shout Bamalama.
En esta canción The Dirty Voice, un ritmo atractivo y una particularidad, un saxo que junto con los coros responden al grito de llamadas se convierten en los precursores de una forma de concebir el alma "alma". De Otis Redding, me apasiona su vida, su amor por la familia, la forma de pensar y hacer música.
En el libro del gran Alberto Castelli Soul to Soul , la última llamada telefónica a su dulce Amata Zelma, se dice una conmovedora llamada telefónica en la que Otis le pide abiertamente a la esposa que sea una "buena" persona, buena de verdad de verdad. Un momento en el que todo parecía escrito, esa última oración, ese momento fugaz que puede sucederle a nuestras vidas todos los días.
Otis Redding está presente en el módulo 6 de SIING Premium con el arreglo coral de una capilla amén escrita por Emanuele Fiammetti.
Hoy te dejo con esta frase escrita por William Bell, homenaje a King.
“Otis, Otis Redding era su nombre. Sin su canción llena de alma, este viejo mundo ya no será el mismo "
William Bell, homenaje al rey
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