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¿Alguna vez habrías pensado que una película como "The Jazz Singer" podría salvar una casa de producción de la bancarrota?
Todo nació en el año 1927, donde todo sucede en los Estados Unidos a partir de la revolución de las horas de trabajo de las horas de trabajo que va de 60 a 48 horas por semana hasta la primera transmisión de una imagen a través de Ether.
En ese año, la productora Warner Bros se enfrentó a un riesgo de fracaso, hasta tal punto que vertió sus últimas esperanzas en las producciones musicales chozográficas.
De hecho, fue precisamente la película "The Singer of Jazz" del director Alan Crosland , quien inauguró la era de las películas de sonido con estilo, abriendo así una nueva frontera del programa pero sobre todo, al garantizar el entrepiso y el éxito comercial de la productora Warner Bros.
Gracias al éxito de la película "The Singer of Jazz", la industria del cine habría experimentado el comienzo de una gran revolución que la película sonora.
Este último ha revolucionado y mejorado la experiencia cinematográfica, permitiendo a las personas sumergirse en una nueva forma de expresión de dos dimensiones: la del sonido y la de la imagen. La música y el diálogo ahora se unen como partes integrales de la experiencia cinematográfica.
Además, esta revolución ofreció grandes oportunidades a los actores y directores de esa época, que han podido desarrollar nuevos tipos de creatividad cinematográfica, por ejemplo, la posibilidad de poder construir recitativos sólidos reales utilizando nuestra voz.
Este fue un modo de actuación completamente nuevo, que permitió el lanzamiento de nuevos actores y cantantes en la escena del cine.
En conclusión, este evento tiene su propia importancia histórica y cultural, y nos hace reflexionar sobre creer en los propios proyectos, incluso cuando parecen estar destinados a la bancarrota.
Un ejemplo real de cómo el arte y el trabajo pueden crear algo grande y duradero.
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